La Bitácora de la Lucer
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La gente feliz no tiene historia, Simone de Beauvoir dixit. No hay la necesidad de narrarse -dice- y que esto es posible cuando uno siente tristeza o se siente desposeido de sí mismo. Allí hay la necesidad de contarse. Sabina decía “donde más hablar del amor, sino en el desamor. Por eso el tango, las rancheras y el bolero”. Puede ser…Sin embargo, hay historias bonitas de contar y que nacen de eso que llamamos felicidad.
Lo cierto es que no sé de dónde, ni cuando, ni cómo aparecieron en mi vida, pero los quiero. Hay una parte de ellos en mí y cada vez que los miro, siento algo parecido a la felicidad. Ella con flequillos de Cleopatra, caminar contoneante, chiquita pero poderosa y él, una inspiración de mirada clara, seductor nato, de palabras telegráficas y abundantes abrazos. Ellos son mis amigos y cuando los pienso soy feliz. Con Gabi y Agus.